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En cierto momento de la vida, muchas personas se sienten atraídas por la idea de emprender un negocio. Independientemente de las razones que las motivan, en general se acepta el hecho de que un emprendimiento exitoso depende de saber detectar una oportunidad y contar con la preparación adecuada para aprovecharla.
Recientemente, conocimos la historia de Orgánico y Natural, un emprendimiento local que surgió gracias a los esfuerzos de una familia con tradición y muchos años de experiencia culinaria. El primer producto de este proyecto fue la sal marina saborizada, elaborada totalmente con métodos artesanales, que estaba disponible en dos sabores y dos presentaciones. Sin contar con un ejército de vendedores o un equipo especialista en mercadeo, los líderes del emprendimiento se apoyaron en sus redes de contactos (familiares, amigos, vecinos), en las redes sociales y en las visitas a ferias para dar a conocer y promocionar su producto.
Hoy en día, tras haber forjado con mucha disciplina una reputación que les hace ser reconocidos por la calidad de sus alimentos, Orgánico y Natural cuenta con seis clases de productos, como aceites, mieles, azúcares y licores, entre otros. La incorporación de estas nuevas líneas de productos no solo obedece a un objetivo de consolidación del negocio, sino que también es el resultado de seguir adquiriendo conocimientos, perfeccionando las técnicas, y atender las demandas y sugerencias de sus clientes.
Esta historia nos invita a reflexionar acerca de lo factible de hacer un emprendimiento diferenciador con visión a largo plazo, que es algo que está al alcance de cualquiera. Un emprendimiento exitoso, además de aportar un elevado grado de satisfacción, nos puede ayudar a alcanzar objetivos importantes en nuestras finanzas personales, como robustecer, incrementar y diversificar las fuentes de ingresos del hogar, haciendo un uso inteligente de nuestros activos productivos.
De los muchos factores que influyeron en el éxito de este proyecto, queremos compartir tres puntos para tomar en cuenta antes de emprender:
- Grandes ideas, grandes aspiraciones y operaciones a pequeña escala: para empezar, vas a necesitar toneladas de motivación que hagan posible que veas oportunidades en cada uno de los obstáculos que encuentres, más allá de eso, y dependiendo de la naturaleza de tu emprendimiento, no tienes por qué detenerte si no cuentas con una oficina, un galpón gigante o las máquinas más modernas. Un emprendimiento de pequeña escala o artesanal, basado en un plan de negocios bien definido, puede ser ideal para probar una idea sin que descuides por completo tu oficio actual. Si con el tiempo logras que el proyecto sea financieramente viable y sostenible, puedes reinvertir para hacerlo crecer.
- Sácale el máximo provecho a tus conocimientos, a las tendencias y a las oportunidades del mercado: siempre es posible escuchar de nuestros familiares, amigos y conocidos alguna queja por la insatisfacción que sienten con respecto a un determinado producto o servicio, además cada vez que una moda aparece, se abre un nuevo nicho en el mercado, que se puede aprovechar si contamos con los conocimientos adecuados.
- Conoce a tu cliente y piensa a largo plazo: debes estar siempre muy atento a cómo se comportan tus consumidores y cuáles son las expectativas en el segmento al cual pertenece tu emprendimiento. Por ejemplo, si tu proyecto surgió por la oportunidad que se presentó debido a una nueva tendencia, es importante que sepas que debes continuar innovando y ampliando la oferta de productos o servicios si quieres que la empresa sobreviva cuando los gustos de los consumidores cambien.
Con esto queremos invitar a nuestros lectores a que hagan un inventario de todos sus conocimientos, habilidades y activos, para que no dejen pasar lo que podría ser un excelente momento para dar inicio a un emprendimiento con potencial de crecimiento y éxito.
